Son las 5 de la madrugada. Miro un libro donde aparece un tipo, parecido
a Brad Pitt, que está leyendo un libro bajo un paraguas. Desde luego, no es
Brad Pitt. Brad Pitt no lee libros. Brad Pitt hace películas… y la mayoría no
me gustan. Pero disfruto… observando la
fotografía del hombre anónimo. Quizás me recuerda a alguien que realmente sí
podría leer libros bajo un paraguas y por eso tengo la vista clavada en él.
No tengo sueño. Corrijo: tengo
sueño pero no puedo dormir. Ni siquiera las plantas naturales, las ilegales y
las mezclas de ansiolíticos y somníferos me permiten dormir 4 horas seguidas. Mariano
Rajoy me quita el sueño. Y no es lo único que me quita. Intenta que no reflexione sobre mi insomnio y me
da un libro con una foto de un tío bueno parecido a Brad Pitt. Prefiere que piense
en Brad Pitt. Pero él no sabe que no me gusta Brad Pitt. Por tanto, sí que
pienso en por qué me quita el sueño.
Para mí, Mariano y la mayoría de
políticos son como el ligue de turno de tu juventud que te camela, te vende la
moto y luego te dice que eres tú la que no te enteras o como el tipo que te
asalta en la oscuridad y cuando lo cuentas siempre tienes algún amigo
gilipollas a quién se le ocurre decirte: “¿Y por qué coño tenías que pasar
por ese barrio?” - Pues es que vivo ahí, gilipollas. Algo así, pero más gore.
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