Levantarse con una sonrisa
Escuchar música cañera camino del trabajo
Sonreír
Leer, al menos, 100 páginas de un buen libro
Volver a sonreír
Hablar con las amigas
Practicar deporte
Sonreír
Compartir (lo que sea)
Ponerse retos alcanzables
Escuchar música relajante después de una ducha
Hablar de las cosas cotidianas, cercanas
Practicar sexo
Expresar las emociones
Sonreír
Cenar y ver una peli acompañada
Comer chocolate
Leer un poema antes de dormir
viernes, 22 de junio de 2012
La felicidad de un día cualquiera
jueves, 14 de junio de 2012
Táctica y estrategia
Compartimos otro poema de Mario Benedetti:
.
Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos
mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible
mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos
mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos
mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple
mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites
.
Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos
mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible
mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos
mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos
mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple
mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites
miércoles, 13 de junio de 2012
El gato valiente
Érase una vez un gato inquieto y soñador.
Sin embargo, pasaba los días durmiendo y las noches cazando ratones.
Aunque se aburría enormemente, se repetía: "esto es lo que me han enseñado que soy".
Y así, pasaba primaveras, veranos, otoños e inviernos. No se daba tregua ni en años bisiestos.
Un día soporífero decidió, para sofocar el tedio, fijarse en su mascota, una niña de 7 años, que a su vez, miraba fascinada su gusano de seda.
-Algún día serás una magnífica mariposa, volarás y serás libre-le comentaba la niña al gusano.
Y tras escuchar aquello, el gato no pudo evitar rascarse detrás de la oreja y prguntarse: "¿cómo algo que es y que siempre ha sido, dejará de ser y, al mismo tiempo, sin dejar de ser, se convertirá en un algo diferente?" Así, con esa duda en la cabeza el gato comenzó a observar día tras días al gusano de seda.
Y un buen día, notó que el gusano ya no estaba en su caja. La niña aplaudía al contemplar unas alas amarillas y verdes aletear y alejarse. Y en ese instante, el gató comprendió.
Desde entonces, el gato, unos días pedaleaba más de 50 kilómetros por caminos y sendas llenas de flores. Otros días, corría empujado por la suave brisa del mar.Y las tardes más calurosas pescaba en las frescas agua de un estanque.
Sin embargo, pasaba los días durmiendo y las noches cazando ratones.
Aunque se aburría enormemente, se repetía: "esto es lo que me han enseñado que soy".
Y así, pasaba primaveras, veranos, otoños e inviernos. No se daba tregua ni en años bisiestos.
Un día soporífero decidió, para sofocar el tedio, fijarse en su mascota, una niña de 7 años, que a su vez, miraba fascinada su gusano de seda.
-Algún día serás una magnífica mariposa, volarás y serás libre-le comentaba la niña al gusano.
Y tras escuchar aquello, el gato no pudo evitar rascarse detrás de la oreja y prguntarse: "¿cómo algo que es y que siempre ha sido, dejará de ser y, al mismo tiempo, sin dejar de ser, se convertirá en un algo diferente?" Así, con esa duda en la cabeza el gato comenzó a observar día tras días al gusano de seda.
Y un buen día, notó que el gusano ya no estaba en su caja. La niña aplaudía al contemplar unas alas amarillas y verdes aletear y alejarse. Y en ese instante, el gató comprendió.
Desde entonces, el gato, unos días pedaleaba más de 50 kilómetros por caminos y sendas llenas de flores. Otros días, corría empujado por la suave brisa del mar.Y las tardes más calurosas pescaba en las frescas agua de un estanque.
Etiquetas:
cambios,
crecimiento personal,
cuento metáfora,
gatos
jueves, 7 de junio de 2012
Un huerto en el balcón
Juntos plantamos un huerto en el balcón.
Me preguntas si alguna vez he visto llover
Mientras me ofreces un paraguas.
Lo abro e improvisas una llovizna sobre mi cabeza.
Pellizcas mi ombligo y sonrío.
Así nunca podrás tocar una gota de lluvia, afirmas. Ni sentir.
Cierro el paraguas y lo aparto.
¿Sería tan intenso el rojo de un tomate sin agua? Preguntas.
¿Podría amar plenamente una persona si siempre caminara protegida con un paraguas?
Cae el agua sobre mi cabeza y sobre mi cara y sobre mis brazos.
Y entonces… te beso.
miércoles, 6 de junio de 2012
Tarde en el patio
Hace buen tiempo. He sacado la
tumbona al patio y me he puesto el bikini con menos tela que he encontrado.
Objetivo: quitarme las marcas horteras que se me han quedado en la espalda los
días que he salido a montar en bici.
Soy consciente de que tiene
difícil arreglo pero de ilusión también se vive. Para amenizar el rato, he
abierto la ventana y he puesto música, intencionadamente alta, no por sorda
sino por molestar: 1º a las palomas que cagan indiscriminadamente en el patio y
2º a los vecinos/as que tiran colillas y otras guarrerías. Les encantará
Psichosocial de Slipknot (risas malévolas). Supongo que se aburren mucho (los
vecinos). Espero que nos le dé por tirar nada mientras estoy aquí ociosa, al
menos, que se acuerden de apagar los cigarros, que entonces sí que voy a ir
bien quemada.
Mientras estoy aquí tirada, miro
de reojo la planta de Aloe Vera en el alfeizar de la ventana y pienso en la forma de
revivirla. Recuerdo que alguien me comentó que es imposible que una Aloe Vera
muera, pero esto no tiene la misma pinta que los primeros días. Para nada. Algo
la sucede.
Inmersa en mis pensamientos sobre
jardinería no olvido de untarme bien de crema solar para la parte de piel que
no quiero que se tueste más y aftersun, para cuando me note recalentada. Y aquí
hago un paréntesis: No recomiendo la crema para después del sol de Mercadona.
Al menos, comprobad que no pone “con pigmentos dorados”. ¡Dios! Parece como si
fueras a una boda de esas en que todo el mundo va muy muy elegante, demasiado.
Tú piel brillante, cual pijo político en Puerto Banús y más que “dorados” parece que te has
bañado en brillantina de aquella que nos compraban nuestras madres en el
colegio para las clases de manualidades. ¡Horrible… como poco!
Algo imprescindible y que he
olvidado. Me levanto a por la botella de agua fresquita y refrescante. Y pienso
en acompañarla con patatas fritas y chocolate. ¡Ah, no! El chocolate, muy a mi
pesar, se derrite con estas temperaturas y, afortunadamente, y lo más
importante, estoy dejándolo, estoy consiguiendo desintoxicarme. Tengo que
buscar un sustituto… y que mejor sustituto del chocolate que el sexo. Seguro
que nunca se ha visto la relación entre ambos desde este punto de vista. Creo
que salgo ganando. ¿Sexo en la terraza? Eso es otra historia.
Y un buen libro, no puede faltar
un buen libro. Tengo varios sobre la mesilla de noche: Los Borgia en comic;
Isabel I de Inglaterra; Sinceramente suyo, Shurik, un libro de cuentos y algo
de poesía. ¿Con cuál me quedo? Libros, libros y más libros.
Todo perfecto, paradisiaco. ¡Ohhhh
noooooo! Son las 19:00 horas. No había pensado en eso. Están saboteando mi
sabotaje a los vecinos y mi lectura. ¿Cómo he podido pasar por alto ese
detalle? Las campanas de la iglesia. ¡Me cagüen Dios!
martes, 5 de junio de 2012
Nuevo canal interoceánico
Os dejamos hoy este poema del poeta uruguayo Mario
Benedetti que ha compartido con nosotras nuestra amiga Tere.Esperamos
que os guste. |
La imagen de: Desencuentros de Jimmy Liao |
Te propongo construir
un nuevo canal
sin esclusas
ni excusas
que comunique por fin
tu mirada
atlántica
con mi natural pacífico.
un nuevo canal
sin esclusas
ni excusas
que comunique por fin
tu mirada
atlántica
con mi natural pacífico.
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