sábado, 29 de enero de 2011

Cuento: El disfraz

Había una vez un niño que, desde el primer día de colegio, acudía disfrazado de Spiderman a clase.
-Mario, ¿por qué vienes a clase vestido así? No es carnaval- le preguntaban el resto de niños y niñas y, seguidamente, se echaban a reír.
-Mario, ¿por qué vienes a clase vestido así? Al menos, quítate la máscara para que veamos tu cara- le preguntaba la maestra.
-Mario, ¿por qué vas a clase vestido así? Mira que ropa más bonita te hemos comprado- le comentaban su madre y su padre arrepentidos de haberle regalado aquel disfraz.


Pero Mario nunca respondía ni le importaban lo que pensaran los demás. Y pasó octubre, noviembre, diciembre y enero y Mario continuaba con su disfraz. En clase todo el mundo se había acostumbrado y ya nadie le prestaba atención.


Llego la semana de carnaval y el viernes todos fueron disfrazados para celebrar una gran fiesta. Aquella mañana Mario salió corriendo de casa, sin esperar siquiera a que sus padres se levantaran porque quería ser el primero en llegar al cole. ¡Adoraba las fiestas de disfraces!


- ¿Y tú quién eres? ¿Por qué no vas disfrazado? -le preguntaban sus compañeros.
- Soy Spiderman. Y si voy disfrazado... ¡de Mario!
-¿Y tú quién eres? ¿Eres nuevo? ¿Por qué no vas disfrazado? -le preguntaba la maestra.
-Soy Spiderman. Y sí que voy disfrazado... ¡de Mario!

Después de clase, como cada viernes, el padre de Mario le esperaba en el coche para recogerle y visitar a su abuelita.
-Ey, chaval, ¿qué haces? Sal del coche -dijo el padre de Mario al ver a entrar a Mario- Estoy esperando a mi hijo.
-Hola papá. Soy yo. ¿Te gusta mi disfraz?



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