miércoles, 30 de marzo de 2011

Nuestro logo

Ya tenemos el logo de En un mundo a mi medida terminado. Damos las gracias a Javier Albuisech http://ink-love-music.blogspot.com/ que es el que lo ha creado.

¿Os gusta?

Pd. Haceros fans en Facebook o seguidores en Twitter. ¡Participad! Agradecemos vuestra colaboración

viernes, 25 de marzo de 2011

Mi descanso

Tras este breve Kit-Kat, o laaaaaargooooooo, según se mire, he regresado para dar un poquito de guerra.

No penséis que he estado perdiendo el tiempo, que no, tengo poco tiempo así que como para perderlo.

Espero poder retomar con asiduidad el blog y escribir y compartir con vosotras/os libros, anécdotas, noticias, enlaces, etc. interesantes. Ideas tengo unas cuantas pero se agradecen cualquier tipo de colaboración y sugerencia, así aprendemos más.

Por el momento, he creado una página del blog en Facebook. En la columna de la derecha podéis, todas las personas que queráis, haceros fans. ¡Yuju! Aún le faltan algunas cosillas, como colgar la imagen final y, lo más importante, vosotras/os!!!!!!!!!!!! 

También andaré por Twitter @mmedida y por Linkedin con un grupo de Literatura y mujeres.

Espero que os guste.

lunes, 7 de marzo de 2011

Dar la cara

Sí. Me estoy preparando para dar la cara en el club de lectura. El tigre no muere. Ahora soy la que yo digo: No entiendo nada. No puede ser.

Pero como buena documentalista precavida, he guardado pruebas. Os las dejo. ¡Sois mis testigos!

Página 180. Segundo párrafo: Aunque tal vez pueda parecer una minucia, fue un detalle que me salvaría la vida y que pesaría sobre la de Richard Parker [es el nombre del tigre].

Y para que no creáis que me he cogido cualquier libro que sirva a mis propósitos, cito el libro: Vida de Pi de Yann Martel.

¿No creéis que la frase tiene su cosa? Si se piensa bien, quizás otra interpretación distinta de la muerte del tigre (a mí personalmente, es lo primero que se me viene a la cabeza) podría ser que éste pasa una vida de penurias pero... Sinceramente, en una novela las palabras tienen que estar bien escogidas. Todo tiene que ser un entramado invisible y bien construido que no genere falsas expectativas ni confunda ni que entorpezca la lectura.

¿Qué pensáis vosotras/os?

martes, 1 de marzo de 2011

Lo que no se debe hacer si se desea fomentar la lectura

¿Os ha pasado alguna que alguien os haya contado el final de un libro u os haya destripado una peli?

Si no os gusta que os hagan eso, no habléis conmigo. Dicen que hablo poco pero que cuando hablo...¡cuidado! Ayer, en el club de lectura, fue un día de esos.

Coordinadora: Noelia, ¿a ti qué te está pareciendo el libro? (La...) Aquí me surge un dilema. Quería poneros el libro pero si os digo cuál es también os lo habré destripado pero si no os lo pongo quizás nunca podráis leerlo.
Yo: Me está gustando. No lo empecé con muchas ganas pero me he enganchado. Lo que menos me gusta es que el autor anticipa acontecimientos y corta un poco la emoción de la lectura. En ese sentido, me siento defraudada. Antes de tiempo, sabes que el barco se hunde y que la familia desaparece y antes de tiempo sabes que el tigre se muere.

En ese instante, todas las miradas se dirigen a mí: ¿Se muere el tigre? Y yo, ups, trago saliva. Noe, has metido la pata, jeje... levanto la vista y me pongo a mirar el bonito artesonado del siglo XVII que cubre el techo del despacho de la directora, lugar donde nos encontramos.

Unos y otros; unas y otras: Yo no he leído eso. ¡Cómo que se muere! ¿Se muere? ¡Qué faena, yo que creía que iba a sobrevivir! 
Yo: Lo sientoooooooooo. No sé, lo cuenta el protagonista, digo acongojada.


Eso me pasa por leer con demasiada atención. Todo el mundo debatiendo sobre cómo será el desenlace entre el protagonista y el tigre y en un minuto la emoción de la lectura por la borda (nunca mejor dicho porque la novela transcurre en un bote) Pero yo no tengo la culpa que en la página 180 esté la clave y se sepa lo que para mantener la intriga debería saberse, quizás, cerca de la 250. Ey, pero no siempre hablo para meter la pata.

martes, 22 de febrero de 2011

El mundo es un pañuelo y Guadalajara un trocito de kleneex

Hacer recados en una ciudad pequeña tiene su cosa. Yo tengo continuamente la sensación de estar viviendo un deja vu.


Voy camino de una tienda de informática para que me arreglen el ordenador. En el trayecto entro en un locutorio para comprar una Tarjeta verde para llamar al extranjero. Después, paso por delante de unas obras (como en Madrid pero a pequeña escala). Me llama la atención un obrero porque me recuerda a un compañero del colegio. Sigo mi camino. Me cruzo con un cartero que me llama la atención porque me parece un poco maki, algo extraño en Guadalajara. Sigo mi camino.

Por fin, en la tienda de informática hay un señor con un collarín comprando algo que no sé lo que es. Me atienden; pueden solucionarme el problema. Le digo al chico que me atiende que en un rato vuelvo. Me marcho. 

Regreso por donde he venido y paro en una floristeria a comprar unas plantitas que he visto con buen color.  Una señora muy amable me explica cómo cuidarlas, cómo regarlas y como cambiarlas de maceta. Reconoce que me ha visto cara de pardilla con las plantas. No lo  oculto. Y tanto... que me voy y no sé cuál es el nombre de las plantas que me llevo. En fin. Camino. Vuelvo a encontrarme al chico del locutorio. Normal. Trabaja ahí, ¿dónde va a estar? Pero me da que pensar. No me mola repetir.


A la vuelta a la tienda de informática, decido tomar una ruta diferente. Por variar. Estas ciudades así, aburren, hay que echarle imaginación hasta para caminar. Pienso que,de este modo, variaré un poco las vistas. Error. Paso por una obra diferente pero encuentro al mismo obrero de antes. ¿Uhmmm? Callejeo con el objetivo de vivir alguna aventura o encontrar algo desconocido para mí. Error. Me encuentro, de nuevo, con el cartero maki.

La floristería, vaya por donde vaya, no la puedo esquivar. De nuevo dentro de la tienda de informática. Espero a que me formateen el ordenador. Mientras, pasan dos mujeres, un padre con su hija, un estudiante y creo que hasta un cura. El caso, que todos se van y cuando me fijo quedamos en la tienda un señor y yo... el señor del collarín. Dios, n-o p-u-e-d-e s-e-r. Pero es!!! No hay duda.


Y esto de lo que me he dado cuenta, pero en este caso, prefiero vivir en la ignorancia. 

¿No os ha pasado nunca algo similar?

 pd. 52 largos. Me he regalado 2 por si el próximo día estoy vaga.

lunes, 21 de febrero de 2011

Aventura ecológico deportiva

Me lo tenía muy calladito pero el objetivo de correr 10 kms que os comenté no lo he cumplido, ¡ni lo intenté siquiera!

Sin embargo, este sábado me resarcí. Decidí ir a nadar. La piscina está lejos de casa y como había quedado, pensé que sería buena idea ir en bicicleta para no llegar tarde.

Pero, ¿en qué no pensé?
  • Hacía más de 3 meses que no hacía deporte
  • Llovía
  • Guadalajara es una ciudad que decidió crecer en cuesta
¿Por qué no pensé en ello? 
  • Porque mientras me metía una croqueta a la boca, le estaba cortando la etiqueta al bañador nuevo
  • Porque el bañador lo tenía hacía 3 meses y estaba pensando de qué manera me iba a entrar aquello
El caso, que hacer las cosas de forma atropellada y no organizarse tiene sus consecuencias.
CONSECUENCIAS:
  1. Salí de casa y a la vuelta de la esquina estaba echando los higadillos. No sabía si sería capaz de subir los 3 tramos de cuestas que aún me quedaban antes de llegar a la piscina.
  2. Llegué a mi destino, sí, pero en unas condiciones penosas. ¿Podría nadar? No me tenía en pie.
  3. No contaba con ser un poco torpe en poner las cadenas a la bici. Me llevo más tiempo del esperado y más sudores de los que ya tenía.
  4. Estaba preocupada por si llovía y se mojaba la bicicleta. ¿Se estropean las bicicletas si se mojan? Es tan nueva que me daba penita... En ese primer viaje me libré de la lluvia. A ver la vuelta a casa.
Bueno, conseguí quitarme los sudores con una botella de agua y una ducha antes de entrar en la piscina. Objetivo conseguido: 55 largos a 25 ms cada largo, pues digo yo que no está mal.

Pd. no debería haberme preocupado cómo entrar en el bañador, debería haber preocupado cómo entrar en el gorro de baño!!! me ha crecido la cabeza!!! 
Pd.1. no me libré de la lluvia de regreso a casa. De hecho, me cayó una buena.

sábado, 19 de febrero de 2011

Cuento: Las jiralletas

Érase una vez una granja en la que vivían unos animales peculiares: las jiralletas. Se habían convertido en la atracción del pueblo y todos los niños y niñas les pedían a sus padres que les llevaran a merendar allí; todos ansiaban tomar las galletas en forma de mancha que producían las jiralletas.

Se produjo un caos en el supermercado del pueblo. Las estanterías rebosaban de botes de Nocilla, bollos y cualquier otro tipo de dulce. Ya no se vendían. Todas las familias se reunían, después del colegio en la granja y veían como sus hijos o hijas disfrutaban de un alimento natural al que acompañaban de leche de vaca recién ordeñada.

El supermercado decidió lanzar una campaña de ofertas en productos de bollería y galletas pero no obtuvo éxito. Todos los productos acabaron caducando o pudriéndose.

Los más pequeños ahora disfrutaban en la granja, al aire libre con las jiralletas y conociendo otros animales interesantes que, hasta el momento, para ellos resultaban exóticos como: el cerdo, la gallina, el caballo, la oveja y la vaca.