martes, 17 de mayo de 2011

Con recursos... puedes escribir. Qué ocurriría si...

Gianni Rodari escribió en su Gramática de la Fantasía numerosas técnicas que podían ser útiles para desarrollar la imaginación y la creatividad entre su alumnado.

Comparto con vosotras una de sus técnicas: Qué ocurriría si...

Para "jugar" simplemente hay que lanzar una pregunta: ¿Qué ocurriría si...? y elegir al azar un sujeto y un predicado. Su unión proporcionará la hipótesis sobre la que trabajar. Por ejemplo: ¿Qué ocurriría si la ciudad de Madrid se echase a volar?

martes, 10 de mayo de 2011

Con recursos... puedes escribir. Cuando las ideas comienzan a surgir

Cuando comencéis a escribir un buen consejo, según Natalie Goldberg, es adiestrar la escritura. ¿Cómo se hace? Depende de vosotras pero es aconsejable que os marquéis tiempo. Por ejemplo, empezais escribiendo 10 minutos, después, 20, después 1 hora. Importante: comprometeros con vosotras mismas y terminar la tarea, eso sí, con calma. No son necesarios los agobios.

Las reglas a seguir:

  1. Escribid sin pararos a leer lo que habéis escrito
  2. No borréis para evitar confudir los momentos de creatividad con la revisión del texto
  3. No os preocupéis (todavía) por la ortografía, la puntuación y la gramática
  4. Dejaos llevar, perded el control
  5. No penséis, dar libertad a vuestra imaginación
  6. No temáis escribir sobre algo que os provoque miedo u os haga sentir vulnerables.
Siguiendo estas reglas, llegáreis allí donde la energía no está obstaculizada por motivaciones de conveniencia social o por la censora interna, allí donde se escribe lo que la propia mente ve y experimenta realmente, no lo que ella piensa que tiene que ver o experimentar.

Os recomiendo leer: El gozo de escribir de Natalie Goldberg

sábado, 7 de mayo de 2011

La ciudad de la luz

En aquella ciudad no llamaba la atención la altura de sus habitantes, ni si leían cuentos o novelas, ni la forma de su nariz, ni si preferían el café o el cola-cao, ni si iban a misa los domingos. Lo que llamaba la atención en La ciudad de la luz era que en lugar de circular sangre por sus venas, circulaba electricidad.

Las grandes compañías eléctricas se habían ido a la quiebra ya que no necesitaban suministrar energía. Las familias, parejas y personas solteras eran capaces de generar su propia energía y habían conseguido reducir sus gastos mensuales, con lo que el nivel de felicidad había aumentado en toda la ciudad. Así lo confirmaba el medidor de felicidad de la Plaza Mayor.

Las ventajas de llevar electricidad en las venas no sólo habían beneficiado al ámbito doméstico, sino que se había trasladado a otras áreas, por ejemplo, el laboral.

Al igual que en otras ciudades se distinguía entre aquellas personas que trabajaban para la Administración Pública y las que desempeñaban su trabajo en la empresa privada, en La ciudad de la Luz, se distinguía entre las personas que brillaban con luz propia y las que estaban enchufadas. Estas últimas necesitaban, para conseguir un trabajo o poder desempeñar tareas, estar continuamente pegadas a un enchufe. Eran incapaces de conseguir un trabajo o realizar una tarea sin la ayuda del enchufe. En definitiva, no podían generar luz de su interior.

Pero la gente de La ciudad de la luz, había conseguido sacarle partido. A las personas enchufadas se les había encargado los trabajos de alumbrado público y de energía eléctrica para las calefacciones. No sólo daban un bien a la Comunidad sino que también así podían, al igual que el resto de habitantes, tener electricidad por sus venas.

jueves, 5 de mayo de 2011

De qué se habla en el libro... La ciudad de las mujeres

Cristina de Pizán (1364-1430) escribió La ciudad de las mujeres en 1405 y esta obra puede considerarse una precursora del feminismo.

Vivió en la corte de Carlos V, ya que era la hija del astrólogo del Rey. Enviduó joven, a la edad de 25 años, pero fue capaz de mantener a sus tres hijos con los libros que escribía.

 En La ciudad de las mujeres trata temas de actualidad como la violación, la igualdad de los sexos o el acceso al conocimiento por parte de las mujeres dejando patente que estamos ante una mujer docta y culta.



Para abrir boca, os dejo algunos fragmentos del comienzo de La ciudad de las mujeres: 
Sentada en mi cuarto de estudio, rodeada de toda mi persona de los libros más dispares, según tengo costumbre, ya que el estudio de las artes liberales es un hábito que rige mi vida, me encontraba con la mente algo cansada, después de haber relfexionado sobre las ideas de varios autores [...] Me preguntaba cuáles podrían ser las razones que llevan a tantos hombres, clérigos y laicos, a vituperar a las mujeres, criticándolas bien de palabra bien en escritos y tratados [...] Filósfos, poetas, moralistas, todos -y la lista sería demasiado larga- parecen hablar con la misma voz para llegar a la conclusión de que la mujer, mala por esencia y naturaleza, siempre se inclina hacia el vicio.

Recientemente, Gioconda Belli ha publicado El país de las mujeres. ¿Tendrá alguna inspiración en este libro? ¿Lo habéis leído? Tendré que hacerme con un ejemplar y leerlo.

lunes, 2 de mayo de 2011

Con recursos... puedes escribir. Antes de comenzar a escribir

Puede resultar difícil saber de qué escribir pero debemos tener en cuenta que una historia puede encontrarse en cualquier lugar. Lo importante es saber distinguir entre un buen argumento y un mal argumento. 

Consejos:
  • Observa la realidad con ojos de escritora.
  • Lleva siempre encima un cuaderno de notas y un bolígrafo para apuntar posibles ideas.
  • Reserva un espacio para escribir.
  • Planifica la estructura de lo que vas a escribir.
  • Piensa en un comienzo que enganche.
Recomendamos leer: Manual de técnicas narrativas de Enrique Páez

domingo, 3 de abril de 2011

Mujeres que se rebelan mediante la literatura

Todavía no he profundizado demasiado pero me he despertado pensando en la cantidad de mujeres que han sido estigmatizadas por querer ser ellas mismas, por no desear la vida que la sociedad o su familia le imponía. Mujeres, que además, se suicidaron, en la mayoría de los casos, jóvenes.

Podéis leer sobre katherine Mansfield cuya madre intentó por todos los medios "curarle" de su lesbianismo. Os recomiendo leer Diarios y Cuentos completos donde se recoge En un balneario alemán (1911) donde ya hizo una crítica a la vida cotidiana.

Quizás, más conocido sea el caso de Virginia Woolf que estuvo a favor de la independencia de la mujer y conocido por la mayoría es su ensayo Una habitación propia donde explica la necesidad de las mujeres de disponer de un cuarto propio para desarrollarse e ingresos periódicos que le permitan no depender. Aconsejo leer también Las olas, calificada como la mejor de sus novelas.

La escritora bostoniana Sylvia Plath acabó suicidándose tras varias crisis y un ingreso en un hospital psiquiátrico. Ella quería una vida para ella pero su madre y la sociedad esperaban que se casara y trabajara como mecanográfa cuando a ella lo que le apasionaba era la escritura. Existe una recopilación de sus poemas. Sólo escribió una novela: La campana de cristal. Os la recomiendo. Es semi-autobiográfica y nos introduce en su mundo interior, en sus pensamientos, en sus emociones y en aquella vida que le costaba vivir.  

También Charlotte Perkins Gilman tuvo una vida complicada. Tenía una salud delicada y su médico le prohibió leer y escribir porque le perjudicaba, tan sólo debía llevar una vida lo más doméstica posible y pasar todo el tiempo con su hija recién nacida. ¡Increíble! Ella se rebeló y continuó escribiendo. Podéis leer el relato El papel de pared amarillo, incluido en el libro Si yo fuera un hombre, donde cuenta la depresión que sufrió y que la llevó a separarse de su marido y replantearse sus ideales.

Janet Frame también recoge en Un ángel en mi mesa, su autobiografía, todos los problemas y dificultades que tuvo que vivir y cómo luchó por sobrevivir a su mundo interior. Al igual que Sylvia Plath la internaron en un psiquiátrico y le diagnosticaron, erróneamente, una esquizofrenia. En el momento en que iban a realizarle una lobotomía, le concedieron uno de los premios literarios neozelandes más importantes y la operación se anuló.

¿Conocéis otras mujeres escritoras que vivieran situaciones similares?

sábado, 2 de abril de 2011

Viajar en tren

Viajar en tren, aunque sea Guadalajara-Madrid o Madrid Guadalajara puede proporcionar aventuras excitantes y anécdotas para reirte después con las amigas.

Puedes quedarte tranquilamente dormida porque estás hecha polvo y despertarte cuando casi has finalizado el viaje. Eso hice el otro día, que trasnochar no es bueno. Cuando me desperté, no sabía dónde estaba, de hecho, empecé a dudar si me había subido al tren adecuado. ¿Por qué?Creía yo haber cogido un Civis (trenes que hacen el recorrido Chamartín-Guadalajara en la mitad de tiempo porque no tienen todas las paradas. ¡Bueno, una gozada!) porque eso ponía en las pantallas. El caso es que cuando me desperté de mi siesta había pasado ya tiempo suficiente casi para haber ido y vuelto, jejeje... con lo que hablé conmigo misma: 
-¿Estoy en un Civis? 
-Por la hora, no parece. Hace rato deberíamos haber llegado y estamos aún en Alcalá. Y hemos parado en Alcalá Universidad. No, no estoy en un Civis. El Civis no para ahí.
Después NO paramos en Meco.
-Entonces estoy en un Civis- me digo. No ha parado en Meco. Los Civis no paran en Meco.

En fin, que no entiendo nada, estoy recién despierta, ¡qué le voy a hacer! Decido entonces dejar de pensar y beber un poco de agua a ver si me aclaran las ideas. ¡Qué sed da dormir!
Abro mi botellita de 33cl, cuerpo azul, tapón blanco, ya estoy salivando... En ese momento, desconozco por qué actué de una manera tan imprudente, me dio por buscar algo en el bolso, digo algo porque no recuerdo el qué, lo que acentúa más mi imprudencia, ¿no? Si ni siquiera soy capaz de recordarlo...

-Cuidado, cuidado -es lo que me despierta de mi absurdo ensimismamiento con el bolso.
Levanto la vista y veo a la chica que está sentada en frente de mí
-La botella -me dice, muy tranquila, muy educada, muy contenida.
De la misma forma, tranquila, educada y contenida contesto: ¡Mierda!
Estoy volcando el agua.
-¡Mierda! -digo para mí mientras siento una vergüenza inmensa.
-No pasa nada, tranquila -me dice "mi compañera de viaje" tranquila, educada y contenida. ¡Qué valor!
-Lo siento, lo siento, lo siento -no dejo de repetir. 
-Uf, mi bolso no se ha mojado -pienso para mí misma.
-Lo siento.
-Que no pasa nada, de verdad.
Al rato le digo:
-Menos mal que no había mucha agua, eh? -y pienso inmediatamente que me podría haber callado la boca.


Bueno, ya está, Noelia, no le des más vueltas. Tenías sed, el agua que tenías la has volcado, con lo que ya te tienes que esperar a que llegues a casa. Pero mira el lado positivo: no te has mojado tú, has echado todo el agua a la chica que estaba sentada frente a ti.